Lo que el veto nos dejó

En una jornada marcada por fuertes tensiones políticas y un clima de confrontación en el Congreso de la Nación, el gobierno de Javier Milei logró mantener su veto a la reforma jubilatoria. Esta decisión, celebrada por el oficialismo y criticada ferozmente por la oposición, evidencia las profundas divisiones existentes en el espectro político argentino y plantea interrogantes sobre el futuro de la gobernabilidad y las políticas fiscales del país.

El veto presidencial bloquea una propuesta de aumento en las jubilaciones que buscaba ajustar los haberes de más de 6 millones de personas mayores. Según el oficialismo de La Libertad Avanza (LLA), es una medida necesaria para mantener el control fiscal y evitar un impacto negativo en el presupuesto nacional. En palabras del presidente Milei, el veto “puso un freno a los degenerados fiscales” que, según él, intentaban “destruir el superávit fiscal que los argentinos han logrado con tanto esfuerzo“​.

Este debate nos dejó acusaciones cruzadas y tensiones entre las distintas fuerzas políticas. Durante la sesión parlamentaria, El presidente de la Convención Nacional de la UCR , Gastón Manes, llamó “traidores” a los miembros de su partido que apoyaron la postura de Milei, mientras que otros sectores acusaron al oficialismo de “bloquear iniciativas que buscan proteger el poder adquisitivo de los jubilados”.

Por su parte, el Presidente Javier Milei se mostró combativo en redes sociales, utilizando términos despectivos como “degenerados fiscales” para referirse a sus opositores y acusando a los políticos tradicionales de “mentir al pueblo” y de estar dispuestos a sacrificar la estabilidad fiscal del país por intereses partidarios.

Los Argumentos en Juego

Las posiciones están claramente polarizadas. Desde el oficialismo, el argumento central es la necesidad de mantener una política de déficit cero y asegurar la estabilidad económica a largo plazo. El presidente y sus aliados consideran que cualquier aumento del gasto público en estos momentos podría poner en riesgo los avances logrados en materia de equilibrio fiscal y estabilidad económica.

Por otro lado, la oposición, que logró reunir 153 votos a favor de revertir el veto pero quedó a 13 votos de alcanzar la mayoría requerida de dos tercios, argumenta que el veto es una medida insensible que perjudica a uno de los sectores más vulnerables de la sociedad. Sostienen que, en medio de una inflación descontrolada, los jubilados necesitan ajustes que compensen la pérdida de su poder adquisitivo y aseguren un ingreso digno​.

La sesión del Congreso también reveló movimientos estratégicos importantes dentro de los bloques. Cinco diputados de la UCR cambiaron su postura tras reunirse con Milei, lo que permitió al oficialismo alcanzar los votos necesarios para sostener el veto. Este realineamiento político ha generado críticas internas y externas, alimentando la percepción de que detrás de estos cambios de postura hay negociaciones políticas más amplias y complejas​

Para los jubilados, la decisión implica que no habrá un aumento inmediato en sus haberes, lo cual, según expertos, puede profundizar la crisis económica para este sector en particular afectando su calidad de vida y acceso a bienes y servicios básicos.

Además, registraron incidentes fuera del recinto. Manifestantes que se expresaban en contra del veto, derribaron las vallas de seguridad, lo que provocó un enfrentamiento con las fuerzas federales que respondieron con gases lacrimógenos. Hubo momentos de alta tensión, con piedras lanzadas y varios heridos reportados. A pesar de la violencia, la situación se controló rápidamente.

La jornada del 11 de septiembre en el Congreso ha dejado en claro que el veto a la reforma jubilatoria no es solo una cuestión de política económica, sino también un símbolo de la batalla ideológica y de poder que se libra en Argentina. Mientras el oficialismo busca consolidar una política de austeridad fiscal, la oposición se posiciona como defensora de los derechos sociales, especialmente de los más vulnerables.

El escenario político se mantiene tenso, y es probable que estas divisiones se profundicen en las semanas venideras, especialmente con la proximidad de nuevas negociaciones legislativas y el desafío de mantener la estabilidad política en un contexto de alta polarización y descontento social.

Maxi Mosdien
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Un comentario en “Lo que el veto nos dejó

  1. Con bajar un1% el presupuesto de la SIDE y dejar de comprar chatarra a Finlandia, ya bajamos el déficit. No creo que joderle la vida a los indefensos abuelos sea la manera. Creo que el degenerado es otro.

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